Ser feminista es lo mejor que me pudo haber pasado. El solo paradigma me libera ante mis propios ojos y mecanismos de control, represión y coerción. Me libera de la culpa. Del autorepudio por aquello que no encaja. De prisiones absurdas. De la locura. Pero siento miedo. A medida que comprendo mas cabalmente aquello contra lo que luchamos, mas profunda raíz encuentro a ciertos miedos, casi vicerales. Siento que nos enfrentamos a un peligro inmenso, multimodal, atomizado, estratégico, estrático, que es como Dios panóptico, omnisapiente, omnipotente, omnipresente. Dios es el patriarcado. Vivo amenzada en un mundo, crecí ataca en el. Aún así, este miedo es distinto a aquello que ya conozco. Es un miedo que por primera vez percibo. Quizás siempre estuvo allí, quizás es una certeza que ahora....miro. En este mundo nací perdiendo, en desventaja, tan solo por nacer mujer. En este mundo, todos mis pasos serían mas caros que los de mis pares. En este mundo yo nací violada, forzada, golp